Ante la pregunta ¿se puede prevenir el cáncer de mama? la respuesta es no, el cáncer de mama no se puede prevenir, es decir, evitar que salga. Sin embargo, lo que sí se puede hacer es un diagnóstico precoz que mejora notablemente el pronóstico y permite tratamientos más conservadores (menos agresivos).
A continuación explicaremos una serie de factores de riesgo a tener en cuenta así como acciones que puede realizar cada mujer para reducir al máximo el riesgo a padecer cáncer de mama o el riesgo a que vuelva a reproducirse en caso de haberlo padecido.
¿Cuáles son los factores de riesgo de cáncer de mama?
Existen una serie de factores que pueden aumentar o reducir el riesgo a padecer cáncer de mama. El hecho de ser consciente de ellos nos permitirá estar alerta para poder reaccionar a tiempo cuando éstos se den en nuestras vidas.
A continuación te mencionamos estos factores:
- Factores hereditarios. Alrededor de un 5-10% de los cánceres de mama son hereditarios, vinculados a la presencia de un gen mutado, el BRCA 1 y BRCA 2. Cuando se da esta mutación las posibilidades de tener un cáncer de mama es de un 80% a lo largo de la vida. Este riesgo a heredar cáncer de mama se da especialmente cuando se trata de familiares de primer grado (madre, hermana, hija) que han sufrido cáncer de mama. El riesgo aumenta más aún, si este cáncer de mama se les presentó antes de los 50 años. Por otro lado, en caso de tener un varón en la familia que haya padecido cáncer de mama (sí, los hombres también pueden tener cáncer de mama) este riesgo es aún más elevado para las mujeres de la familia (de primer grado).
- Edad. A partir de los 50 años se dan un 75% de los cánceres de mama, por debajo de esta edad se dan el 20%.
- Factores hormonales endógenos. Cuanto mayor es la exposición a los estrógenos a lo largo de la vida, mayor es el riesgo de cáncer de mama. Una edad de la primera regla inferior a los 12 años o última regla superior a los 55 años serían factores de riesgo para desarrollar un cáncer de mama.
- Enfermedades benignas de la mama. El riesgo aumenta solamente para aquellas enfermedades en las que el dictamen anatomopatólogico informe sobre la presencia de un número superior al habitual de células en el tejido mamario analizado. Sobre todos si estas células presentan alteraciones en su forma y características (ello se llama proliferación atípica).
- Tener descendencia. Haber tenido hijos en una edad joven y haber amamantado reducen el riesgo de padecer cáncer de mama (sólo si la lactancia de prolongó al menos durante 1 año y medio). En cambio, haber tenido los hijos a una edad superior a los 35 años no sería protector.
- Factores hormonales exógenos. Haber recibido tratamiento hormonal para tratar los síntomas de la menopausia durante largo tiempo (más de 15 años) aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama, así como haber utilizado anticonceptivos hormonales durante años y a una edad precoz. Por otro lado, los tratamientos para la esterilidad no han demostrado incrementar el riesgo de cáncer de mama.
- Estilo de vida. El ejercicio físico y una dieta rica en fibras reduce el riesgo de padecer cáncer de mama. La obesidad y las dietas ricas en grasas animales, así como el consumo excesivo de alcohol incrementan el riesgo de cáncer de mama.

¿Qué puedo hacer para reducir el riesgo de sufrir cáncer de mama?
Una vez conocidos los factores que pueden influir en mayor grado en la generación del cáncer de mama, a continuación te proponemos tres sencillas acciones que puedes realizar para reducir al máximo el riesgo de padecer cáncer de mama o a detectarlo a tiempo:
1. Estilo de vida saludable
Ya hemos visto que realizar un estilo de vida saludable basado en ejercicio físico y en una dieta saludable; rica en fibras, consumo de vegetales, reducción de grasas animales, mantenerse en un peso adecuado o no consumir alcohol son factores que reducen el riesgo de padecer un cáncer de mama.
2. Autoexploración mamaria
Muchas pacientes acuden a la consulta porque ellas mismas se han encontrado un bulto en una de sus mamas. El hábito de autoexplorarse es una ocasión para el autodiagnóstico y el hallazgo más precoz de un cáncer de mama.
3. Mamografías
La realización de mamografías es uno de los procedimientos más eficaces para el diagnóstico precoz de un cáncer de mama que no haya presentado síntomas todavía. La mamografía permite el diagnóstico de un cáncer de mama que no se palpa en la exploración física. Según la Asociación Española contra el Cáncer un programa de detección precoz de cáncer de mama puede reducir la mortalidad por esta enfermedad un 20% en mujeres de más de 50 años. La frecuencia de realización de mamografías puede depender de los factores de riesgo individuales a los que está expuesta la paciente, y estas suelen iniciarse a los 40 años.
¡Tomemos las riendas de nuestra salud!
El cáncer de mama no dispone de un sistema de prevención eficaz. Solamente podemos reducir los riesgos de padecerlo mediante un estilo de vida sano basado en ejercicio, dieta saludable y evitando la obesidad. Evitar exponerse a hormonas externas y no beber alcohol, son acciones que están en nuestras manos llevar a cabo. Acudir a los controles ginecológicos anuales y la realización de mamografías bajo consejo de nuestro médico son factores que pueden contribuir enormemente a un diagnóstico precoz, lo que permite tratamientos más conservadores y un mejor pronóstico de la enfermedad.